El jueves 1ero de mayo tuvimos la oportunidad de realizar una práctica intensiva en un Dojo a cielo abierto.
Nos trasladamos a las dependencias del INTA y allí, Julio Talerico Sensei, dictó unas excelentes clases de armas.
Durante la mañana efectuamos técnicas de Jo, en una clase que se extendió casi por 3 horas. Extenuente pero muy formativa.
Las técnicas que practicamos nos permitió ver una "puntita" del enorme potencial y las variadas ténicas que es posible ejecutar con este elemento.
Luego, disfrutamos de una almuerzo en el pasto del predio y un merecido descanso para reponer fuerzas.
En horas de la tarde y hasta que el sol se escondió, realizamos diversas técnicas con bokken, las que hicieron hincapié mayormente en el manejo del ken y en la movilidad del cuerpo.
Estos movimientos requirieron nuestro mayor esfuerzo para coordinar el movimiento de los brazo, las piernas y los desplazamientos.
La practica en este lugar tan amplio me permitió percatarme de cuestiones muy importantes.
Una de ellas, fue el hecho de la necesidad imperiosa de "bajar el peso" cuando el terreno en el cual realizamos las técnicas no es un cómodo tatami.
Las irregularidad del suelo, junto con la presencia de palos, piedras, hojas y frutos de diversos tipos (caidos de los árboles), no dió la pauta de que no siempre el terreno es liso y que si no logramos bajar nuestro centro andamos a los "tumbos", tropenzando a cada paso.
Debemos estar bien afirmados, centrados y con el peso bien abajo, para poder ejecutar los movimientos sin riesgo de caer a cada paso.
Otra cuestión de lo mas interesante, fue la falta de ubicación que pareció aquejar a todos los practicantes.
Nos colocábamos en una posición y al rato estabamos o bien todos muy juntos interfiriéndonos unos a otros o bien excesivamente separados, desperdigados.
Cuando estamos en un ambiente cerrado y controlado, nos acostubramos a movernos utilizando como referencia las paredes del Dojo, y las cosas que hay en estas (armeros, banderas, el kamiza, las puertas, vidrios, espejos, etc.).
Cuando la vista es abierta, nos aqueja una desorientación que nos impide mantenernos en linea o en la misma posición en al que comenzamos la técnica.
Esto también me resultó muy interesante, ya que es un llamado de atención al hecho de que las técnicas o movimientos son diferentes cuando son ejecutados en un ambiente no "controlado".
Nos retiramos ya entrada la noche, muy cansados pero con la convicción de que el manejo de las armas tal como fue pensado por O'sensei es fundamental para entender los principio que rigen en Aikido.
Dojo a cielo abierto.
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2 comentarios:
La verdad que les tocó un día de sol espectacular para este tipo de actividades al aire libre! Gracias por las fotos y por el descriptivo relato de las actividades que realizaron.
Abrazo, Take.
La próxima podríamos ir por los Lagos de Palermo! Queda algo lejos, pero nada que un 166 no solucione ;)
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